Aiguamolls de l'Empordà
Nuevo itinerario por los Aiguamolls de l’Empordà, uno de los Parques Naturales más icónicos de Catalunya.
Los Aiguamolls del Empordà es uno de los Parques Naturales más icónicos de Catalunya y su protección, el año 1983, fue una victoria para todas las personas que, desde el 1976, lucharon para evitar la creación de una nueva marina como Empuriabrava que hubiera destruido este espacio natural tan importante.
Situados en el Alt Empordà, los Aiguamolls son la segunda zona húmeda más grande de Catalunya después del Delta del Ebro y un punto importante de descanso para las aves migratorias. Aun así, la fuerte presión humana que sufren actualmente pone en peligro la preservación de esta área natural.
Para llegar ahí, se recomienda acceder con coche o bicicleta. Viniendo desde Figueres, se coge la autovía que va hacia Roses y, en la quinta rotonda que se encuentra, se sale por la segunda salida, dirección Sant Pere Pescador. Una vez se ha salido de la autovía, se coge el cruce que hay a la izquierda justo antes de la hípica. Esta carretera lleva directamente al Cortalet, donde hay la Oficina de Información del Parque Natural y donde se puede aparcar el coche, previo pago. Desde aquí es el único punto por donde se puede acceder con bici a los caminos del parque (aunque no todos se pueden hacer con este vehículo).
Otra opción para aparcar el coche, en este caso gratis, es pasar de largo el cruce de la hípica y seguir hasta el que lleva al Camping Nautic Almata, donde encontraremos un espacio de tierra a mano izquierda antes de llegar al camping.
La ruta que proponemos hoy puede comenzar desde cualquiera de los dos lugares, ya que es circular, y dura unas dos horas (aunque dura más si nos paramos para observar y disfrutar de la naturaleza). Nosotros empezamos en el aparcamiento cercano al camping, pero recomendamos empezarla en el Cortalet, tal y como se dice en la web de Itinerànnia. Es importante destacar que no se puede llevar a cabo entre el 1 de abril y el 1 de julio porque hay una parte cortada por la nidificación de ciertas especies de aves en la playa.
Como es un camino plano, no hay problema por hacer este itinerario con los pequeños. También recomendamos llevar una guía de naturaleza y prismáticos. Aquí es mucho más imprescindible traerlos que en otras rutas, para poder ver los pájaros, ya que no suelen estar muy cerca.
Para comenzar, la vegetación es relativamente homogénea, diferenciándose en tres grupos según la zona: la playa, los estanques del Matà y la zona del riego Corredor y el Cortalet (que incluye el camino que va al hide, o refugio, de Prats de Can Comes y donde hay uno de los extremos del tramo cortado por nidificación de aves).
Tal y como empezamos nosotros, nos encontramos la zona de los estanques del Matà, que quedan a mano derecha y donde destacan plantas de ambientes acuáticos como el carrizo (Phragmites australis) o diferentes especies de totoras (Typha sp), el lirio amarillo (Iris pseudacorus) o les lentejas de agua (Lemna sp), entre otras. A mano izquierda del camino discurren distintos riegos que están rodeados por vegetación de ribera (el tipo de vegetación que también se observa en la zona del riego Corredor y cerca del Cortalet).
Como hicimos la ruta en invierno, muchos de los árboles que había no tenían hojas, con lo cual era un poco difícil su identificación. Aun así, vimos chopo (Populus nigra), aliso (Alnus glutinosa), vid (Vitis vinifera) y alaterno (Rhamnus alaternus), además de algunos taray (Tamarix gallica), más típicos de ambientes salinos y de la línea de playa.
En este tramo de los estanques del Matà podemos observar la fauna desde las vallas que los delimitan. Allí observamos: cigüeña blanca (Ciconia ciconia), garza real (Ardea cinerea), garceta grande (Egretta alba), garceta común (Egretta garzetta), avefría europea (Vanellus vanellus), lavandera blanca (Motacilla alba) y garcilla bueyera (Bubulcus ibis), a parte de los casi omnipresentes caballos que pasturan ahí.
Además, también se pueden observar desde los hides, que son los mejores sitios, ya que permiten ver, sobre todo, las aves sin ser vistos. Des de ellos, nosotros vimos: ánade azulón (Anas platyrhynchos), cuchara común (Anas clypeata), cerceta común (Anas crecca), ánade friso (Anas strepera), porrón moñudo (Aythya fuligula), porrón europeo (Aythya ferina), aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus), focha común (Fulica atra), polla de agua (Gallinula chloropus), cormorán grande (Phalacrocorax carbo) y faisán común (Phasianus colchicus). Cabe decir que los hides dan a las lagunas que hay al lado contrario de los estanques.
Pero las lagunas y los estanques no son los únicos lugares donde ver pájaros, ya que también los observamos en el mismo camino, como por ejemplo petirrojo (Erithacus rubecula), carbonero común (Parus major), abubilla (Upupa epops), urraca (Pica pica), estornino pinto (Sturnus vulgaris), ruiseñor bastardo (Cettia cetti) y tarabilla común (Saxicola torquata), así como una libélula Sympetrum meridionale.
Siguiendo el camino, llegamos a la playa y giramos a mano izquierda (a mano derecha queda el camping Nautic Almata). Desde el tramo de playa es el único lugar donde es pueden observar la mayoría de les “llaunes”, las lagunas salinas que se alimentan en parte del agua de mar traída por los temporales. Por este motivo es habitual encontrar pequeñas lagunas detrás de las dunas de la playa. Hay que vigilar no cruzar al otro lado de los palos que delimiten el área de cría de pájaros, aunque no sea la época y no haya nada que impida el paso.
En esta parte del itinerario se encuentran las plantas típicas de suelos arenosos y salinos, como el taray, que també habíamos visto cerca de los estanques del Matà, y la salicornia (Salicornia patula).
Respecto a la fauna, pudimos observar cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), gaviota patiamarilla (Larus michahellis), chorlito gris (Pluvialis squatarola), chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus, que es la especie que cría principalmente en la playa) y correlimos común (Calidris alpina). También vimos (y era uno de los motivos por los que quisimos hacer esta ruta) el cadáver en descomposición de una tortuga laúd (Dermochelys coriacea) que se encontró muerta a finales de septiembre.
Una vez llegamos al final del tramo de playa, teníamos que coger el camino que salía a mano izquierda, para terminar llegando en el Cortalet y, desde allí, volver a los estanques del Matà. Pero nos encontramos este camino inundado y no tuvimos más remedio que dar media vuelta y volver por donde habíamos venido. Esta parte que no hicimos discurría por prados húmedos y bosquecillos de ribera.
Como siempre queremos hacer los mismos itinerarios en otras épocas para ver cómo cambia la naturaleza, volveremos a repetir el itinerario para poder pasear por esta parte. Es importante decir que, en verano, la llegada de turistas que se alojan en los campings y hoteles cercanos a los Aiguamolls hace que la presión humana sea mucho más fuerte y que no se pueda disfrutar de un paseo tranquilo.
Si la ruta os gusta y la termináis haciendo, no olvidéis decirlo en las redes sociales mediante la etiqueta #RutaCreatiBio, acompañado de las fotos que hayáis hecho, tanto de los paisajes, como de las especies.
- Ciconia ciconia
- Anatidae
- Bubulcus ibis, Equus caballus
- Pluvialis squatarola, Calidris alpina
- Salicornia europaea
- Tamarix gallica L
- Canigó
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