Aigüestortes

Aigüestortes es un paraje único rodeado de circos glaciales, ríos, desfiladeros y con una fauna y flora típica de zonas de alta montaña.

El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici es el único parque nacional que hay en Catalunya y uno de los 15 que hay en España. Fue declarado como tal el año 1955 y está situado entre las comarcas de la Val d’Aran, Alta Ribagorça, Pallars Jussà y Pallars Sobirà.

Situado en medio de los Pirineos, destaca por la presencia de circos glaciales, lagos, desfiladeros y tarteras, con una fauna y flora típica de zonas de montaña.

El parque es puede dividir en dos zonas, según donde hay los accesos principales: al este, entrando desde Espot, quedaría la zona más cercana al Estany de Sant Maurici, mientras que al oeste, entrando des de Boí, quedaría más cercano a la zona de Aigüestortes.

itinerari_aiguastortes_l’estany LlongEl itinerario propuesto en este caso empieza en Aigüestortes y llega hasta el lago Llong. Se trata de una ruta lineal en gran parte con un bajo nivel de dificultad. El camino es apto para todos y durante la mayor parte es bastante plano, con la excepción del último trozo que tiene una pendiente un poco más pronunciada. Aun así, no hay problema para hacerlo con niños. Además, hay un pequeño sector que está adaptado a personas con movilidad reducida y que transcurre por unas pasarelas de madera.

El itinerario dura unas 4 horas ir y volver, sin tener en cuenta el rato que se puede pasar en el lago Llong, donde nosotros paramos para comer. Como siempre, recomendamos una guía de fauna y flora y prismáticos, principalmente para ver las rapaces que vuelan en las cimas de las montañas y para buscar animales que viven en zonas rocosas como los rebecos (Rupicapra pirenaica), las marmotas (Marmota marmota) o la perdiz nival (Lagopus mutus).

Para llegar a Aigüestortes, primero hay que acceder a la Vall de Boí, pasando por Pont de Suert. Hay dos maneras de alcanzar al punto de inicio: se deja el coche en alguno de los aparcamientos que hay antes de llegar al parque (dirección Caldes de Boí) y después se sube andando, o se sube con un taxi 4X4 desde Boí hasta Aigüestortes mismo (se tarda unos 20-30 minutos). Nosotros optamos por la segunda opción, ya que los aparcamientos se llenan rápidamente. El precio del taxi es de unos 10€ por persona si se coge ir y volver (la vuelta como muy tarde tiene que ser a las 18h, que es cuando termina el servicio de taxis).

Una vez estamos en Aigüestortes, podemos hacer una primera parada en el mirador que hay al lado del lugar donde aparcan los taxis y donde hay un punto de información. Desde allí, nosotros tuvimos la suerte de observar uno de los animales más emblemáticos del parque: una pareja de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) volando por encima de las montañas. Este animal tiene un significado especial para nosotros, ya que el logo de CreatiBio está inspirado en esta magnífica ave,  aparte de ser la especie que se trató el mes de mayo de 2016.

Respecto a la flora, la verdad es que enseguida se pudieron ver las especies que nos acompañarían a lo largo de todo el itinerario, ya que no cambian como en otras rutas explicadas con anterioridad. Encontramos enebro común (Juniperus communis, el fruto del cual sirve para hacer la ginebra), abeto común (Abies alba), pino silvestre (Pinus sylvestris) y pino negro (Pinus uncinata), principalmente. También vimos matas de acónito común (Aconitum napellus, la flor del cual es lila-azul y se trata de una planta extremadamente tóxica) y de azalea (Rhododendron ferrgineum). Es importante destacar que por encima de cierta altura, los bosques empiezan a desaparecer para dejar lugar a tarteras (que también se mezclan con el bosque) y roquedales.

pato aigüestortes

Aparte de la presencia de estos bosques (los cuales cruzamos en la parte más empinada del itinerario, justo antes de llegar al lago Llong), la mayor parte del camino transcurrió por prados húmedos, llenos de ríos y riachuelos tortuosos que son los que dan nombre a Aigüestortes y que cruzamos mediante pequeños puentes o pasos elevados. Justamente cerca de estos ríos encontramos alguna lagartija roquera (Podarcis muralis) y babosas negras (Limax cinereoniger, que pueden alcanzar los 20 centímetros de largo).

También en estos prados y en las tarteras más bajas es donde se pudieron ver volar la mayoría de pájaros no rapaces que se encuentran en el parque, como el carbonero común (Parus major) o el pinzón vulgar (Fringilla coelebs), puesto que se trata de zonas más abiertas. Aun así, la gran mayoría de aves se tendrán que identificar por su canto, ya que muchas veces se encuentran escondidas entre los árboles más cercanos a estos prados. Aparte de las dos especies mencionadas, nosotros identificamos el canto del verderón serrano (Serinus citrinella), del carbonero garrapinos (Parus ater), del mito (Aegithalos cuadatus), del mosquitero común (Phylloscopus collybita) y de la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea). Obviamente, si se reconocen bien los cantos de los diferentes pájaros se pueden identificar más especies.

Cuando el camino abandonó los prados húmedos y se adentró en el bosque, al mismo tiempo que se empinaba, empezamos a encontrar nieve (la habíamos visto en las zonas más altas, pero no la pisamos hasta ese momento). Esto complicó un poco el itinerario, ya que se tenía que vigilar si no se quería terminar con los zapatos mojados por culpa de la nieve que se derretía y formaba pequeños charcos en el camino. En esta zona observamos un reyezuelo sencillo (Regulus regulus) volando entre los árboles y diversas flores de ranúnculo de los  Pirineos (Ranunculus pyrenaeus), así como diferentes puestas de rana bermeja (Rana temporaria), formadas per unas masas gelatinosas llenas de puntos negros en los riachuelos poco profundos.

itinerari_aiguastortes_ posta de granota roja rana temporariaEste último tramo llevó finalmente al lago Llong, donde el valle se ensancha un poco, mostrando en el lado por donde llegamos un prado húmedo y al otro lado una gran tartera. En el lago pudimos ver unos cuantos ánades azulones (Anas platyrhynchos), así como una garza real (Ardea cinerea), mientras que volando per la tartera había cuervos (Corvus corax). También destacamos que encima de las cimas que rodean el lago Llong vimos un pequeño grupo de buitres leonados (Gyps fulvus).

La vuelta fue toda en bajada y transcurrió por el mismo camino que en la ida. Nosotros, en el tramo más cercano a la zona de estacionamiento de taxis, decidimos pasar por el camino adaptado a personas con movilidad reducida. Cabe decir que acertamos yendo por este camino, ya que la pasarela de madera pasa por en medio del bosque y da unas vistas diferentes a este tramo del itinerario. Además, en uno de los extremos donde se une con el camino principal, hay un pequeño salto de agua muy bonito.

Pero si hay uno que destaca, es el que observamos desde el taxi, entre Aigüestortes y el lago de Llebreta: la cascada de Sant Esperit. De hecho, su parte más alta corresponde al mirador que nosotros visitamos al principio del itinerario.

La única pega que le ponemos al itinerario son las fechas cuando lo hicimos, puesto que al ser una zona de alta montaña, los ritmos de las especies son más lentos, de manera que no pudimos observar todas las especies que nos hubiera gustado ver, sobre todo a lo que refiere a reptiles y anfibios. Por este motivo nos gustaría repetir la salida en una época que tenga una mejor temperatura. También es cierto que hacerla en invierno puede permitir ver otras especies o con otros colores (la perdiz nival cambia el color de las plumas según la época del año).

Si la ruta os gusta y la termináis haciendo, no olvidéis decirlo en las redes sociales mediante la etiqueta #RutaCreatiBio, acompañado de fotos que hayáis hecho, tanto de los paisajes, como de las especies.

 

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